77,000,000-Diego Mejia-Baizan, Daño Cerebral, Parálisis Cerebral

Veredicto: $77 Millones de Dólares

Lesiones: Daño Cerebral, Parálisis Cerebral, Quadruplegia, Convulsiones,  Grado IV Hemorragia Cerebral, Subdural Hematoma, Necesidad de Alimentación por  Tubo Gastrointestinal y  necesidad de medicación con Phenobarbital para alivio y control de Convulsiones.

Hechos y Alegaciones: El Menor Demandante, Diego Mejia-Baizan, nació el 16 de Febrero, 2006 en el Hospital  Demandado, St. John’s Riverside Hospital,  a las 36 semanas de gestación por parto vaginal. Diego pesó 6.3 libras al nacer.

El día del parto, la madre, Mariana Mejia-Baizan, se presentó a la Sala de Emergencia del hospital a las 6 p.m. con severos dolores y contracciones vaginales. Finalmente, entre las7:30 and 8:00 p.m., la Sra. Mejia-Baizan fue examinada por un doctor quien le informó tener seis centimetros de dilatación. A ese punto, una enfermera alternaba dentro y fuera del cuarto indicándole empujar y respirar en cada contracción.

A las 8:15 p.m., la Sra. Mariana Mejia-Baizan recuerda la cabeza del bebe apareciendo y retractándose en cuatro ocaciones. Ambos el Sr. y la Sra. Mejia-Baizan notaron durante el parto una enfermera empujando forsosamente con el codo a la Sra. Mejia-Baizan en el área debajo del pecho, indicando que esto ayudaría a realizar el parto.

A las 9:03 p.m. Diego nació sin gritar. Sus apgar scores  fueron de 6 el primer minuto y de 7 a los cinco minutos después del nacer. Los padres notaron que Diego nació azul y flacido. El recién nacido necesitó asistencia de ventilación y fue asistido con bolsa y máscara de oxígeno en la sala de parto. Los doctores apresuraron el recién nacido fuera del cuarto mientras su preocupado padre los seguía y esperaba afuera del otro cuarto. El padre trataba de escuchar lo que sucedia y eventualmente escuchó ruidos débiles de parte de su recién nacido, Diego. Subsequentemente,Diego fue intubado y transferido a la Unidad de Cuidado Intensivo de Neonatologia.

A las 11:30 de esa noche, el Doctor aseguró positivamente a la madre sobre  la estabilidad de su hijo y le explicó que Diego tragó fluido amniotico durante el parto. A pesar de la aseguranza de la condición de su hijo, la Sra. Mejia-Baizan no le fue permitido ver a su hijo en ese momento. Durante la noche cuestionó varias enfermeras sobre Diego pero no recibió información.

Durante la visita de la madre a la Unidad de Cuidado Intensivo la mañana siguiente, Diego paró de respirar y tuvo que ser resucitado. Esa misma mañana empezó a convulsionar y fue transferido, después de la aprobación de la Sra. Mejia-Baizan, a Westchester County Medical Center para continuar su cuidado y tratamiento médico.

Cinco semanas después, aún interno en Westchester County Medical Center, Diego fue diagnosticado con Grado IV Hemorragia Cerebral e Inabilidad de Tragar, y  se  le aplicó un Tubo Gastrointestinal para alimentarse.

A las siete semanas después de ser dado de alta de Westchester County Medical Center, se le indicó Phenobarbital para controlar las convulsiones mientras continuaba con el tubo Gastrointestinal para alimentarse. Diego fue refererido a varios especialistas incluyendo un neurólogo, neonatólogo,  geneticista y  endocrinólogo. De acuerdo a su  Doctores, el pronóstico completo de Diego es  desconcido pero el daño cerebral sufrido afirma que nunca podrá alimentarse por su boca ni se desarrollará ser un niño “normal”.

Al tiempo del Juicio, Diego contaba con tres años de edad y sufria de Parálisis Cerebral.

Randy B. Nassau, quien fue nombrada una de los diez abogados  mas competentes de los Estados Unidos en el 2009 por Lawyers Weekly USA,  pudo argumentar con éxito que el Demandado, Shahram Razmazan, M.D y el personal de  St. John’s Riverside Hospital cometieron negligencia médica con el cuidado del Diego Mejia-Baizan al fallar en monitoriar apropiadamente la condición cardiaca de Diego y  la falla en realizar un parto Cesaria a tiempo. Esta negligencia  resultó en daños serios y permanentes a Diego.  El jurado retornó con un veredicto en favor del Demandante por un total de $77 millones de dólares.  El veredicto incluyó pago por  rehabilitación, costos médicos, pérdida de ganancias  y el dolor sufrido. El veredicto de Diego fue el más alto en casos de malapráctica médica en los Estados Unidos en el 2009 (Lawyers Weekly USA).

*Reducido a $33,000,000